7 de febrero de 2006

González en la remisería

Escuché la voz de González, el portero del edificio de al lado, a través de la ventanilla por la que atendía a los clientes:

–Flaco, hoy hace treinta años que me metieron en cana –me dijo como al pasar mientras terminaba de barrer la vereda.

"Si no la contaba se moría", decía mi viejo cada vez que alguien –el mozo de un bar o un conocido que nos cruzábamos por la calle– se alejaba con una sonrisa de satisfacción luego de contarnos su anécdota.


(La aneda completa en el Remisero Absoluto)