28 de julio de 2009

No-Retornable

Salió el nuevo número de No-Retornable, y parece que está muy bueno.

27 de julio de 2009

Vos sos la gloria / yo soy un club que entró en convocatoria

Autogol






















Autogol, editorial Funesiana

pedidos a: editorialfunesiana@gmail.com

24 de julio de 2009

Los aviones

Vamos a la costanera norte a pescar con nuestros hijos. Aunque pescar es una forma de decir: las cañas de diez pesos que compramos en un puesto tienen líneas que no llegan al agua. Pero ellos no lo alcanzan a ver: las meten por los agujeros de la baranda que nos separa del río y se quedan, por un rato, contentos así. Mi hermana no puede entender a la gente que viene a ver despegar y aterrizar a los aviones. Familias del conurbano o del sur de la ciudad que estacionan sus autos en la avenida y se ponen a mirar por entre las rejas del aeroparque como si estuvieran presenciando un espectáculo. Acodado en la baranda, pienso que si el agua fuera menos turbia podría reflejar algún vuelo. Imagino lo que verán los que van en ese avión que se aleja: la ciudad como una maqueta, el verde de las veredas y la hilera de árboles y, entre todo eso y el agua, el sombrero de mi hijo como una mancha amarilla cada vez más imperceptible. Desde sus puntos de vista, supongo, yo no tendría que preocuparme por nada.

Los desnudos de Bonnard
















Su mujer.
Durante cuarenta años su modelo.
Él la pintó una y otra vez. El desnudo
de su último cuadro, es el mismo desnudo joven
del primer cuadro. Su mujer.

Él la recordaba joven. Los tiempos
en que ella era joven. Su mujer, en la bañadera,
en el tocador frente al espejo. Sin ropas.

Su mujer cubriéndose con las manos
los pechos duros, mirando hacia el jardín,
donde los rayos del sol desparraman
tibieza y color.

Todas las especies vivientes floreciendo.
Ella joven y temerosa y excesivamente deseable
en su desnudez. Cuando ella murió,
él siguió pintando un poco más.

Fueron algunos paisajes, después murió.
Lo enterraron junto a ella.
Su joven mujer.



(Poema de Raymond Carver.
Pinturas de Pierre Bonnard)

23 de julio de 2009

Ver más vidrio

En el hotel había noventa y siete publicitarios neoyorquinos; monopolizaban las líneas telefónicas de larga distancia de tal manera que la chica del 507 tuvo que esperar desde el mediodía hasta las dos y media de la tarde para hacer su llamada. Pero no perdió el tiempo. En una revista femenina de bolsillo leyó una nota titulada "El sexo es divertido... o infernal". Después lavó su peine y su cepillo. Quitó una mancha de la falda de su traje beige. Corrió un poco el botón de la blusa de Saks. Se arrancó los dos pelos que acababan de salirle en el lunar. Cuando, por fin, la operadora la llamó, ella estaba sentada al lado de la ventana y casi había terminado de pintarse las uñas de la mano izquierda.

Era una chica a la que una llamada telefónica no le hacía gran efecto. Daba la impresión de que el teléfono hubiera estado sonando constantemente desde que ella alcanzó la pubertad.

Mientras el teléfono llamaba, con el pincelito del esmalte se repasó la uña del dedo meñique, acentuando el borde de la luna. Tapó el frasco y, poniéndose de pie, abanicó en el aire su mano pintada, la izquierda. Con la mano seca, tomó del asiento junto a la ventana un cenicero repleto y lo llevó hasta la mesita de luz, donde estaba el teléfono. Se sentó en una de las dos camas gemelas ya tendida y —ya era la cuarta o quinta llamada— levantó el tubo del teléfono.

(...)
(Un día perfecto para el pez banana)

Loli

22 de julio de 2009

Nieva en el interior

(del país y de mí)


.

Tres deseos

Que no se haga de noche. Que no se haga de noche. Que no se haga de noche.

Pura sensación




21 de julio de 2009

14 de julio de 2009




Sonia Budassi
Federico Levín
Loyds
Ignacio Molina
Natalia Moret
Javier Quintá
Paula Peyseré
Ricardo Romero
Julia Sarachu
Juan Pablo Souto
Diego Vigna

13 de julio de 2009

Por un momento me puse contento: pensé que iban a pedirme una retractación en público

(...) De un tiempo a esta parte, la situación política y cultural, los presupuestos productivos y los pactos de lectura se modificaron, pero las subjetividades narrativas no parecieron acompañarlos. Una de las novelas de la llamada Nueva Narrativa Argentina que más reseñas y comentarios alcanzó, Los estantes vacíos (Ignacio Molina, Entropía, 2006), participa tanto de esa promoción del realismo revisitada durante los últimos años como del protocolo de enunciación noventista: distintos personajes recorren barrios bien determinados de Buenos Aires a pasos retraídos e inexpresivos y excluyen toda valoración. La repetición de esa fórmula demuestra que Raymond Carver no tiene demasiado que ofrecernos en estos vitales años 2000 (...)

¿”Protocolo de enunciación noventista”?, ¿”fiesteros y drogones en público”?, ¿”pasos que excluyen toda valoración”?...
¿De qué hablan estos pibes?... No tengo el mail de ninguno de los iluminados de la crítica que firman estas líneas como para preguntarles si realmente quisieron decir lo que dijeron (si es real que, como me dicen por ahí: “el artículo está deseoso de vincular cierta literatura, en donde entran Los estantes vacíos, con el neoliberalismo de los 90's”) pero empezaría por aclararles que ese es un libro de cuentos y no una novela (lo que es lo mismo que indicar que la crítica que se le hace a una obra debe surgir de la lectura exhaustiva de la mismo y no del pispeo oblicuo de las reseñas que otros hacen de ella).

12 de julio de 2009

11 de julio de 2009

10 de julio de 2009

Los neuróticos son infinitamente superiores a los llamados normales


El Dr. Bisch con palabra cordial y amistosa le aclara el panorama de su vida ensombrecida y lleva la alegría a sus espíritus. Ser neurótico es una extraordinaria ventaja. Los neuróticos son infinitamente superiores a los llamados normales. Los neuróticos poseen una valiosa sobrecarga de sensibilidad, capaz de producir los más grandes resultados. La neurosis es una fuente insospechable de riqueza espiritual. Con numerosos ejemplos extraídos de su experiencia personal el autor pasa revista a las principales escuelas psicológicas y señala los mecanismos de sobrecompensación y de los procedimientos para transformar los impedimentos en ventajas y surgir de la desesperación neurótica a la brillantez del florecimiento espiritual y al triunfo sereno y feliz de una vida realizada.

7 de julio de 2009

En el Polo Norte viviría
entre marzo y septiembre,

y los otros seis meses
los pasaría en la Antártida,

para que nunca más
se me haga de noche.

.

6 de julio de 2009

3 de julio de 2009

Menos que cero

Atrapada en recuerdos
que beben desilusión,
mira apenas pupilas
obscenas de sol.


Río inerte (aliento a muerte lenta)
río incierto (muerde el viento al despertar)
Agua turbia, agua escéptica
agua oscura, olvidada;
perfume fugaz
de libertad.

Ella agita su ahogo en inviernos de soledad
(con el río de espaldas siempre a la ciudad)
La humedad borró de a poco su postal,
la nostalgia de otros muelles y otro mar.
Entre sombras que se alargan,
mientras cuenta las horas y el sol cae detrás
de la ciudad.

Más allá de las seis
se confunde la mañana con tu piel,
y a la hora de volver
el silencio se hace inmenso, sin querer.