15 de diciembre de 2011

13 de diciembre de 2011

Entrevista para IP



(Hace algunos meses Tatiana Depetris me entrevistó para Ideas Peronistas, una revista digital que se extinguió pocos días después de nuestra charla. La desgrabación de la entrevista duerme desde entonces en mi casilla de emails, y el sábado, mientras veía la reasunción de Cristina, se me ocurrió despertarla para subirla al blog:)



IP entra en campaña: entrevista a Ignacio Molina.

por Tatiana Depetris




Ignacio Molina es escritor, los últimos libros que publicó fueron En los márgenes por 17Grises este año y la novela Los modos de ganarse la vida por Entropía en 2010. Fue en el 2010 cuando un amigo periodista, dueño de un blog, le hizo la pregunta ¿por qué sos kirchnerista? y él la respondió en forma de entrada. A partir de ahí esa entrada empezó a circular como un mail en cadena anónimo y a obtener réplicas (Por qué soy anti-kirchnerista). Después de escribir lo que llamamos amistosamente en esta entrevista “proclama kirchnerista” Molina escribió una serie de poemas relacionados que subió al blog que mantiene desde 2005, Unidad Funcional. Por su posición públicamente a favor, porque es un conocido de la casa y para conocer la trastienda del asunto, le hacemos un par de preguntas para IP (la proclama y los poemas se pueden leer en esta edición).

-¿Qué cuestiones formales tuviste en cuenta al momento de escribir la proclama, teniendo en cuenta que era una entrada de un blog, cosa que ya delimita o condiciona bastante la escritura?

Lo primero que pensé fue en hacer una enumeración de las medidas que a mí, alguien que siempre se había vanagloriado de correr a todos por izquierda y de no apoyar nunca a ningún gobierno, me habían atraído del proyecto del kirchnerismo. Esas medidas tenían que ver tanto con la acción sobre hechos del pasado como con las políticas implementadas en el presente. Y después apareció el vínculo de ese plano más concretamente político con el plano biográfico o sentimental: mi flamante paternidad, mi historia familiar representada en la figura de mi papá antiperonista, mi entrada a la adultez y a las responsabilidades cívicas y sociales y otros factores que me influyeron y me empujaron a apoyar un proceso histórico como el kirchnerismo.

-De alguna manera la proclama podría considerarse un texto polémico ¿Quién o quienes -que discursos- conformarían ese Otro anti-kirchnerista con el cual polemizás y quienes serían los lectores a los que estás tratando de apelar?

Creo que, mucho más que con la derecha antiperonista, el liberalismo o el progresismo blanco, sectores que no escuchan razones y con los cuales el contraste es obvio y esperable, la proclama intenta polemizar o discutir con aquellos sectores del “campo popular”, la izquierda, la centro izquierda y el progresismo que, en el peor de los casos, ven en el gobierno al enemigo principal, y que, en el mejor de los casos, parecieran tener vergüenza o pudor de apoyar la puesta en marcha de una agenda que ellos mismos siempre reclamaron desde posiciones contestatarias pero que ahora, tal vez por narcisismo o vedetismo, les resulta imposible reconocer.
De alguna manera yo estuve en ese lugar. Mi apoyo abierto y decidido a kirchnerismo empezó en el 2008, durante el conflicto por la 125. Y me parece que ese fue un punto de inflexión muy importante: creo que en ese momento empezó lo que hoy conocemos como kircherismo, o que al menos terminó de moldearse su identidad actual. Una identidad que se apoya tanto en hechos concretos como en hechos de carácter simbólico a los que no hay que menospreciar.
Para personas como yo, que nacieron durante los años de la dictadura militar en hogares no peronistas o directamente anti peronistas, que de nenes escucharon hablar de “la violencia de los setenta” y de la quema del cajón de Herminio Iglesias y que vivieron la adolescencia y la primera juventud durante el menemato, el peronismo llegó a ser poco menos que una mala palabra. Por eso, la lección de historia que nos dio el kirchnerismo nos resultó fundamental, no sólo para entender y conocer a un movimiento como el peronista del que sólo teníamos referencias difusas y sesgadas, sino para valorar en su real dimensión los cambios que introdujo en el país y la vitalidad que aún tiene.
Esto que voy a decir tal vez no les caiga muy bien a los peronistas más ortodoxos o de paladar negro. Pero creo que, para terminar de convertirse en un gran movimiento histórico, al kirchnerismo todavía le hace falta adquirir una identidad totalmente propia. Una identidad que siga teniendo altas dosis de peronismo en su conformación pero que también deje espacio para otras corrientes o tradiciones que de hecho ya conviven dentro del movimiento: sectores de izquierda, del progresismo y de otras vertientes ideológicas o culturales. El kirchnerismo debe abrir las puertas a jóvenes que despertaron a la política durante este período pero que no necesariamente tienen la obligación o sienten la pulsión de hacer culto a un movimiento como el peronista que nació hace casi setenta años en un mundo muy diferente al de hoy. El kirchnerismo debe ser una etapa superadora del peronismo. Pero no estoy hablando en términos electorales sino culturales. Por eso creo que el gran desafío de los próximos cuatro años de gobierno, además de profundizar los cambios que el proyecto empezó a esbozar sobre todo durante el primer mandato de Cristina (distribución del ingreso, mayor presencia del Estado, lucha contra las corporaciones, justicia por los crímenes de la dictadura y respeto por los derechos humanos de hoy, ampliación de derechos sociales y civiles, etc.) es el de seguir afirmando y ampliando su base y fomentando la posibilidad de un cambio cultural más abarcativo, plural y democrático.

-Vengo rescatando desde hace un tiempo nuevas formas de representación en la militancia, porque me parece que si seguimos con la pintada a lo Carpani (con todo el respeto que me merece) en el 2011 corremos el riesgo de no interpelar a nadie, por eso me parece muy interesante la forma en la que terminó circulando la proclama, cómo de una entrada de blog pasó a reenviarse tipo forward por mail, ¿Pensás que esto pasó porque:
a) lograste poner en palabras lo que mucha gente siente cuando se enfrenta a todo el caudal de debate que hay en la blogósfera y las redes sociales
b) corporizaste un discurso kirchnerista al cual es más fácil pegarle si sos anti
c) las dos opciones?

Comparto lo que decís sobre Carpani e incluso voy mucho más allá: la figura del Nestornauta me cae simpática, por ejemplo, pero me hace un poco de ruido que tenga que acudirse a un personaje como El Eternauta, creado hace más de cincuenta años. Algo parecido me pasa con el nombre de la mayor agrupación juvenil del kirchnerismo. Cámpora es una personalidad que no puede no caerme simpática, pero al mismo tiempo me pregunto: ¿no es un tanto anacrónico titular con su nombre a una agrupación juvenil surgida ya bien entrado el siglo XXI? Me parece natural que las personas de alrededor de sesenta años que hoy están en el gobierno se identifiquen y sientan nostalgia por la primavera camporista y sus cuarenta y nueve días de presidencia, pero me pregunto: ¿es tan natural que los que hoy tienen treinta años acudan a su figura? No es una crítica, es sólo una pregunta que me hago en voz alta.
Con respecto a los motivos de la circulación de la proclama, creo que hay algo de las dos cosas que mencionás. El texto empezó a difundirse en muchísimos blogs y a viralizarse a través de cuentas de Twitter y de Facebook y de cadenas de mails. Varias de esas cadenas han llegado a mi casilla incluso a través contactos insospechados. Algunos de los lectores que me contactaron para decirme que se sentían identificados leyeron el texto como un apoyo crítico al kirchnerismo, pero yo no lo veo tan así. Un apoyo crítico implica no involucrarse, mirar las cosas desde afuera, situarse en una posición superada. Creo que la mención de las falencias y las contradicciones del kirchnerismo, más que una forma de alejarse de él es una forma de involucrarse en el proceso, una manera de reconocer las propias falencias y los propios límites. Nadie es del todo puro, por eso me parece absurdo reclamarle pureza a un proyecto político sometido a la compleja tarea de gobernar un país. Reconocer las zonas oscuras del kirchnerismo es también reconocer las zonas oscuras que uno puede tener como ciudadano, ex marido, novio, padre, hijo o trabajador. Y yendo a un aspecto más práctico, la proclama puede servir como machete a la hora de meterse a discutir con opositores.

-En la proclama hablás de "suciedad" o digamos política real, y te escuché en un programa de radio que subiste a tu blog en dónde también hablás de esto y de que quizás la opción más cómoda en determinados ámbitos es no tener una adhesión política explícita o por lo menos no ser oficialista de ningún gobierno. Es como si la idea de intelectual crítico, que es una categoría histórica y que responde a una determinada ideología (ni hablar de la palabra intelectual), hubiera mutado, en determinados sectores, a la idea de que siempre es deseable tomar distancia del poder y de que hay que oponerse “al gobierno”, sin importar que gobierno sea. Desarrolle por favor...

Pensar que un intelectual debe oponerse a cualquier gobierno me parece un tanto infantil. Un intelectual debe cuestionar y pelearse con el statu quo, con lo dado como establecido por el falso sentido común y los medios de comunicación, con las corporaciones y con el poder. Y es un error creer que el verdadero o único poder está en un gobierno. Y es muy fácil y simplista oponerse a todo desde un teclado, un tono de voz altisonante, una retórica interesante o una buena pluma. Mucho más valiente que la oposición por la oposición es dejar el ego de lado y hacerse cargo de las complejidades del momento histórico que te toca vivir; meterse en el río, con toda la suciedad que el agua puede traer, e intentar llegar a la otra orilla en vez de quedarse mirando y juzgando desde afuera a los que nadan a favor o en contra de la corriente.

-Por último ¿qué cuestiones formales tuviste en cuenta a la hora de escribir los poemas?

A cualquier protagonista de una época histórica lo interpelan y lo influyen tanto los hechos de la política concreta como la experiencia más íntima y personal vivida en ese contexto. Una época está marcada tanto por los grandes hechos sociales como por las personas que conociste, los trabajos que hiciste, lo que aprendiste y conociste, los amigos que ganaste y los lugares en donde estabas cuando pasaron determinadas situaciones: la historia personal vinculada a la historia colectiva, y las resonancias de una en otra. La muerte de Néstor Kirchner, por poner un ejemplo, es el significado político del hecho pero también es lo que sentiste cuando te llegó la noticia o la persona con la que fuiste esa noche a la plaza, los temas de los que hablaron mientras caminaban por avenida de Mayo o lo que hicieron al día siguiente. Y ese tipo de sensaciones son las que pueden filtrarse en un poema. Nunca podría escribir un poema sobre medidas como la asignación universal por hijo o el fútbol para todos, por ejemplo, pero sí puedo hacer referencia a situaciones que tocan fibras íntimas y que, por algún motivo, están contextualizadas en una época que dentro del poema se encuentra simbolizada por los nombres de esas medidas, más allá de su valoración social específica. Es en esa relación entre las pequeñas sociedades que entablamos con las personas que se nos cruzan y la gran sociedad en la que vivimos, donde pueden surgir las miradas más interesantes sobre el presente, tanto desde la poesía o la literatura como desde la óptica personal sobre el mundo.

2 de diciembre de 2011

Esta noche

Esta noche voy a estar acá:
(si querés saber la dirección mandame un mail a ignaciomolina22@gmail.com)