25 de junio de 2012

Taller de escritura


La dinámica:

-Escritura y lectura de textos propios; corrección, comentarios y debate grupal
-Recomendaciones y análisis de cuentos y relatos de otros autores

-Grupo reducido
-Dos horas semanales

Los objetivos:

-Experimentar el placer de la escritura; intercambiar textos, ideas, conceptos y sensaciones acerca de la literatura propia y ajena; leer y escribir en busca de motivaciones para seguir leyendo y escribiendo

El horario:

-Martes de 19:30 a 21:30 hs.

La zona:

-Palermo Viejo-Colegiales

La tarifa:

-$200 por mes

El contacto:


El coordinador:

Ignacio Molina nació en Bahía Blanca en 1976. Publicó los libros de relatos Los estantes vacíos (Entropía, 2006) y En los márgenes (17Grises, 2011), los libros de poemas Viajemos en subte a China (Pánico el Pánico, 2009) y El idioma que usan todos (PeP, 2012) y la novela Los modos de ganarse la vida (Entropía, 2010), además de cuentos en diversas revistas y antologías. Como periodista ha colaborado en diferentes medios gráficos y publicado el libro Tribus Urbanas (Kier, 2009). Mantiene el blog Unidad Funcional. Tiene inédita la novela Los puentes magnéticos.

20 de junio de 2012

Esta noche


("Ignacion Molina" es un apócope de "Ignacio Nacho Molina")

12 de junio de 2012

Brick

La semana pasada fui a ver Brick, la obra de teatro escrita y dirigida por Camila Fabbri y protagonizada por Mario Sala, Bruno Campos y Julián Infantino. Y como volví a mi casa con muchas ganas de recomendarla, y, al mismo tiempo, me parecía que la obra se merecía algo más que un simple “¡andá a verla, no te la pierdas!”, decidí, aprovechando este blog, hacerle una entrevista a Camila sobre el germen de Brick y algunas otras cosas que fueran surgiendo. El resultado se puede leer acá abajo:
(Brick se da los viernes a las 22 hs. en Granate Espacio Teatral, Álvarez Thomas 1529. Reservas al 4551-8068)

-Brick cuenta algunos días en la vida de tres hombres, tres obreros (Jaime, Javier y Toni), que se conocen cuando se presentan a trabajar en una obra, en un lugar alejado de la ciudad, pero lo que terminan construyendo, más que un edificio, es una relación entre ellos, una relación, podría decirse, con tintes eróticos o amorosos. ¿Cómo surgió la idea de la obra?

-La idea de la obra surgió, de verdad, cuando pasé un día caminando por una obra en construcción y se habían olvidado el portón abierto. Las obras en construcción se particularizan por tener siempre los portones cerrados, cosa que uno tenga que adivinar qué pasa adentro. Bueno, justo este día me pasó todo lo contrario: pasé por ahí y puerta abierta. Vi todo. Era muy extraño, y encima, además...sonaba un bolero que salía de una radio. Ahí se armó un mundo.

-¿Y en ese momento salió la historia? ¿O sólo la idea del escenario para contar una historia?

-Fue la primera imagen. A partir de ahí vinieron miles de otras... Lo importante es llegar a la primera. Que no es una idea, es una imagen. Y eso es mucho más poderoso a veces.

-Claro, es una sensación. ¿Y cómo fue el proceso de la escritura?

-La escribí en el 2009. Hice taller-clínica con Romina Paula, y mis compañeros del taller en ese entones. Y la terminé de escribir ese año. Y después empecé a hacerla circular. Me mataba la ansiedad.

-¿Mientras la escribías ya sabías que la ibas a dirigir? ¿Ibas proyectando esa posibilidad?

-Sí. No me imaginé nunca que otro agarrase el material y lo dirigiera. Un egoísmo tremendo respecto a eso. Pero creo que defiendo la idea de que el autor debería dirigir sus materiales siempre que pueda.

-¿Pero tenías idea ya de dirección? ¿O eran sólo ansias?

-Tenía algunas ideas respecto a la puesta, a las formas de los actores, el espacio. Y además el texto ya de por si tenía un orden. No tenía mucha idea de dirección y fue mi primera experiencia. Llena de ansiedad, sí. Como las primeras veces de las primeras cosas.

-Supongo que mientras uno escribe una obra tiene una idea en la cabeza de cómo se verá finalmente, cuando se ponga en escena. ¿Esa imagen que tenías es muy similar al resultado final? ¿O fue sufriendo muchas modificaciones?

-No realmente. Es difícil saberlo. En el momento de escribir hay muchas imágenes que son más cinematográficas, o de sueño, pero que no serán así en la puesta. Hay algo más ideal en el proceso de escritura. Después eso baja, y una vez que están los cuerpos de los actores (en este caso estos tres tipos) todo se va contagiando un poco de eso también. Y la cosa se pone más seria, o incluso un poco menos ingenua que esa idea tan sensible...o frágil, que surgía en la escritura.

-Claro. Y hablando de "estos tres tipos", contame cómo fue meterte en la piel de esas personas de otro sexo que el tuyo y de otras generaciones (uno tiene 22, como vos, pero los otros son un treintañero y un cincuentón). Contame lo que quieras sobre la creación de esos personajes.

-Con los personajes fue muy divertido el trabajo. Quizás fue una de las cosas más divertidas de todo el proceso. Les hice ver materiales de algunos actores en particular, a cada uno de ellos. Mario Sala, el más grande, que hace de Jaime en la obra, tuvo que ver toda la producción actoral de Clint Eastwood. Para mí, Mario el actor, tiene algo de Clint...y algo de esa energía tenía que tener el personaje. Después Toni Claudio, vio muchos capítulos de Six Feet Under. Quería que observase mucho al personaje que hace Michael C. Hall (David Fisher), que es un tipo homosexual, no estereotipado, y extremadamente sensible. David Fisher podría haber besado paredes en Six Feet Under, igual que Toni de Brick. Por último Julián, que hace le personaje de Javier, el más pequeño de los tres. Para mí el en su naturaleza tiene una belleza "galanera" y al mismo tiempo, tiene algo muy infantil. De nene que no creció todavía, que está en proceso. Esas dos ideas conviven en la imagen de Lolita, de Vladimir Nabokov. Julián vio las dos películas de Lolita que se hicieron y también consumió mucho Marlon Brando...de joven...para entusiasmarse con su personaje. Cuando estrenamos por primera vez, le regalé a cada uno un portarretratos con la foto de cada actor-personaje que habían estado observando. Un portarretratos con David Fisher, otro con Marlon Brando y otro con Clint.

-Hace poco me dijiste o te escuché decir que los actores te decían que dirigiéndolos eras "severa", o algo así. ¿Sos severa?

-Ja. No soy severa, pero me dicen que me hago escuchar. Y que si es necesario, me peleo. No sé, yo todavía no me percibo así. Habrá que hacerles caso. Igualmente son tres tipos en contra mío. Qué puedo decir…

-Antes hablabas de la pared. Una gran pared de ladrillos con la que Toni tiene una relación especial. Algo que me llamó la atención cuando vi la obra es que esa pared es una pared del teatro donde se da. Es decir, no es escenografía. ¿Esto fue casualidad?

-Tuvimos suerte de encontrar una pared de ladrillo. Aunque si no hubiese sido de ladrillo, la obra podía funcionar igual. Lo importante era más que nada ese erotismo con la pared.

-Hablando de ese erotismo, y de la relación entre los personajes, algo que me gustó de la obra es cómo está resuelto el paso del tiempo. Hay (al menos así lo vi yo) muchas elipsis. Pareciera que no se cuenta todo explícitamente, que hay espacios que el espectador tendría que llenar. Esto tal vez tenga que ver de alguna manera con que ellos, los tres, deben tomar una medicación que evita que pierdan la memoria…

-Sí, ellos toman una medicación para no oxidarse. Un antioxidante que funciona para la mala memoria. Se olvidan de que son hombres, de alguna manera. O dejan de lado lo rígido de la masculinidad del obrero, que está visto que debe ser así. Al mismo tiempo, no quería tratar tanto el tema de la mediación. Pensé que era interesante fuera una particularidad en común de los tres y nada más. Una recontra casualidad puesta completamente a propósito ahí.

-Decime qué le dirías a la gente para que vaya a ver Brick si vos no fueras la autora ni directora.

-Les diría que vayan a ver un rato a tres galancetes y a escuchar unos buenos boleros y canciones de Sandro, de Violeta Rivas, de Roberto Carlos. Además de miles de cosas más que se me irían ocurriendo...

-Una última pregunta: ¿qué hacés durante la obra? ¿podés disfrutar ese momento o estás un poco tensa?

-Estoy muy tensa siempre. Nunca es un momento demasiado grato. Uno hace estas cosas para sufrir. Dulcemente. Pero para sufrir igual.

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7 de junio de 2012

Tips para escritores

I- Cuando te pongas a escribir, nunca pienses "me estoy poniendo a escribir"; hacelo como al pasar, como si le estuvieras escribiendo un mail a un amigo, sin presionarte ni obligarte a nada.
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II-
 Si tenés muchas ganas de escribir pero no sabés qué ni cómo, hacé lo siguiente: preguntate qué cuento o relato que todavía no está compuesto te gustaría leer, pensá en qué situaciones y/o personajes debería tener ese texto, imaginalo durante un rato y ponete a escribirlo.

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III- Cuando estés escribiendo, no te detengas a pensar en tu “estilo” ni en nada parecido. El estilo no es algo que se pueda premeditar; es, más bien, una derivación del fluir de tu escritura. Y si reflexionás demasiado sobre ella mientras la ejercés, la escritura no fluye.
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IV- No abuses de lo autobiográfico o autorreferencial. No todo lo que te pasa a vos es, por el solo hecho de que te pase a vos, interesante o digno de contar. No te quedes encerrado en tu mundito. Comparado con lo vasto del universo tu mundo es pequeñísimo, y justamente una de las virtudes de la literatura es que te permite ampliar y expandir los márgenes de la mirada sin otros recursos que el pensamiento y la imaginación.


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