15 de marzo de 2014

Matar a un nene

(Mi traducción del inglés de “Att döda ett barn”, gran cuento del sueco Stig Dagerman)


Es un domingo soleado; pronto sonarán las campanas de la iglesia. Los campos de girasoles brillan y en los tres pueblos de la zona resplandecen los vidrios de las casas. Los hombres se afeitan frente al espejo, las mujeres cortan pan para el desayuno y los nenes se visten. Es la mañana agradable de un domingo fatal: hoy un nene será muerto, en el tercer pueblo, por un hombre feliz. Pero el nene todavía se está vistiendo, su papá se afeita y su mamá, cantando, acomoda el pan recién cortado sobre un plato azul. Ninguna sombra atraviesa la cocina.

El hombre que va a matar a un nene está parado al lado de un tanque de nafta, en el primer pueblo. Es un hombre feliz que, a través de su cámara, mira a una mujer que se ríe apoyada en un auto azul. Mientras el hombre le saca una foto, el empleado de la estación de servicio ajusta la tapa del tanque y, mirando el cielo, dice que les tocó un buen día. La mujer entra al auto y el hombre que va a matar a un nene saca su billetera y comenta que están yendo al mar, que van a alquilar un bote y van a navegar lejos, muy lejos. La mujer escucha esas palabras, cierra los ojos y se imagina en el mar. El hombre está feliz, y durante un segundo, antes de subir al auto, disfruta del olor de la nafta. Ninguna sombra cae sobre el auto y el paragolpes, brillante por el sol, no tiene ninguna abolladura ni está enrojecido de sangre.

Al mismo tiempo que, en el primer pueblo, el hombre cierra la puerta del auto y prende el motor, en el tercer pueblo la mujer descubre que no tiene más azúcar. El nene, que ya terminó de vestirse, mira por la ventana hacia el arroyo y ve el bote negro en la orilla. El hombre que perderá a su hijo está recién afeitado. En la mesa de la cocina hay tazas de café, pan, manteca y moscas. Sólo falta el azúcar; la madre le pide a su hijo que vaya corriendo a lo de los Larson a pedir prestada. Y mientras el nene abre la puerta, su papá le dice que se apure, que el bote los está esperando. Dale, que vamos a remar más lejos que nunca, alcanza a gritarle. Mientras corre a través del jardín, el nene sólo piensa en el bote y en la corriente del arroyo y en los peces saltando sobre el agua, y nadie le cuenta al oído que sólo le quedan ocho minutos de vida y que el bote permanecerá en la orilla ese día y muchos días más.

No es lejos lo de los Larson: hay que hacer unos cuantos metros y cruzar la calle principal. Mientras el nene corre, el auto azul entra al segundo pueblo. Es un pueblo pequeño con gente que se acaba de levantar, y por la ventana de una casa, mientras toma su café, una mujer mira al auto que atraviesa la avenida levantando nubes de polvo. El hombre del auto ve cómo los árboles y los postes de luz, recién alquitranados, pasan como sombras grises a sus costados. El verano entra por la ventanilla. El auto sale del pueblo y acelera en la ruta desierta. Es placentero viajar así. El hombre se siente feliz y con el codo derecho roza el cuerpo de su mujer. No es un hombre malo, sólo está apurado por llegar al mar. Aunque no sería capaz de matar a una mosca, pronto matará a un nene. Mientras avanzan hacia el tercer pueblo, la mujer cierra los ojos, dice que no va abrirlos hasta que lleguen e imagina lo calmo y azul que estará el mar.

¿Por qué la trama de la vida se construye de un modo tan despiadado, por qué un minuto antes de matar a un nene un hombre es feliz y un minuto antes de gritar horrorizada una mujer puede cerrar los ojos y soñar con el mar, y por qué durante el último minuto de la vida de un nene sus padres pueden estar sentados en la cocina esperando el azúcar que le pidieron que fuera a buscar y hablando sobre sus dientes blancos y el paseo en bote, y por qué el mismo nene puede agradecerle a una vecina y empezar a correr con terrones de azúcar envueltos en una servilleta blanca y durante ese último minuto no ver otra cosa que un largo y brillante arroyo con peces saltando sobre la superficie del agua?

Enseguida, ya es demasiado tarde. Enseguida, hay un auto azul al costado de una calle y una mujer que se lleva una mano ensangrentada a la boca. Enseguida, hay un hombre que sale del auto y trata de mantenerse en pie, aunque por dentro se esté cayendo por un abismo de terror. Enseguida, hay terrones de azúcar blanca desparramados entre el asfalto y la sangre y un nene que yace inmóvil boca abajo, la cara aplastada contra el suelo. Enseguida, hay dos personas que, empalidecidas, tuvieron que dejar de tomar su café, salen corriendo de su casa y ven un espectáculo que jamás olvidarán. Porque no es verdad que el tiempo cure todas las heridas. El tiempo no cura las heridas de un nene muerto y no llega a curar el dolor de una mamá que se olvidó de comprar azúcar y mandó a su hijo a correr por el pueblo. Y tampoco puede curar la angustia de un hombre que mató a un nene.

El hombre que mató a un nene no va al mar. El hombre que mató a un nene vuelve lentamente a su casa, en silencio, junto a una mujer con una mano vendada. En los pueblos por los que pasan todo está cubierto por sombras oscuras, no ven ni una sola persona alegre. Cuando se despiden, también lo hacen en silencio; el hombre que mató a un nene sabe que ese silencio va a ser su enemigo, y que va a necesitar años para vencerlo, para poder gritar que no fue su culpa. Pero sabe que eso no es verdad, y por las noches soñará que puede cambiar aquel minuto de su vida.

Para el hombre que mató a un nene, siempre va a ser demasiado tarde.

11 de marzo de 2014

Taller de escritura 2014

(Tres grupos, que empiezan o se relanzan en abril)

La dinámica:
-Escritura y lectura de textos propios; corrección, comentarios y debate grupal
-Recomendaciones y análisis de cuentos y relatos de otros autores
-Dos horas semanales (o hasta dos horas y media, de ser necesario)

Los objetivos:
-Experimentar el placer que genera la escritura; intercambiar textos, ideas, conceptos y sensaciones acerca de la literatura propia y ajena; leer y escribir en busca de motivaciones para seguir leyendo y escribiendo

Tres grupos. Los horarios:
-Martes de 19:30 a 21:30 hs.
-Jueves de 19:30 a 21:30 hs.
-Sábados de 11 a 13 hs.

La zona:
-Palermo Viejo-Colegiales

La tarifa:
-$350 por mes

El contacto:
ignaciomolina22@gmail.com

El coordinador: 
Ignacio Molina nació en Bahía Blanca en 1976. Publicó el libro de cuentos Los estantes vacíos (Entropía, 2006), los libros de poemas Viajemos en subte a China (Pánico el Pánico, 2009) y El idioma que usan todos (Pánico el Pánico, 2012), las novela Los modos de ganarse la vida (Entropía, 2010) y Los puentes magnéticos (Entropía, 2013), y el libro En los márgenes (2011), basado en textos de su blog Unidad Funcional. Como periodista ha colaborado en diferentes medios gráficos y publicado el libro Tribus Urbanas (Kier, 2009). Trabaja como corrector de estilo y dicta talleres de escritura grupales e individuales.

6 de marzo de 2014

Taller literario

En mis talleres literarios hubo quienes:
   -se dieron cuenta de que les encantaba escribir
-aprendieron algo
-empezaron a escribir sus libros de cuentos o novelas
-comprendieron que escribir era muy difícil
-no se engancharon y abandonaron
-pegaron buena onda
-se rieron bastante
-experimentaron el placer que genera la escritura
-se disciplinaron
-descubrieron nuevos autores
-se hicieron amig@s
-encontraron en la escritura una suerte de terapia
-generaron proyectos
-descubrieron que ya sabían escribir
-se pusieron de novios
-se conocieron más a sí mismos
-lloraron un poco
-me enseñaron cosas
-no escribieron demasiado pero disfrutaron de leer
-comprendieron que escribir era bastante fácil
-aprendieron a leer de una manera diferente
-descubrieron la magia y el poder de la ficción
-se sorprendieron al ser leídos e interpretados por otros
-trajeron cosas ricas hechas por ell@s
-se dieron cuenta de que no les gustaba escribir
-me invitaron a asados
-no duraron más de dos encuentros
-tomaron cerveza, mate y gaseosa
-se hicieron amantes
-fantasearon con grandes proyectos
-se pusieron a trabajar juntos  
-terminaron de escribir sus libros de cuentos y sus novelas
-nos hicimos amigos
-leyeron y escribieron en busca de motivaciones para seguir leyendo y escribiendo
-etc. etc. etc.

Si querés experimentar alguna o algunas de esas cosas o sumar ítems a la lista, anotate en cualquiera de los tres grupos que empiezan en abril:
Martes a las 19:30 hs.
Jueves a las 19:30 hs.
Sábados a las 11 hs.


Zona Palermo Viejo. Informes e inscripción por inbox o a ignaciomolina22@gmail.com