18 de septiembre de 2006

Dimensión

Hoy Melina se fue a su médico y yo me quedé por primera vez a solas con mi hijo. Para el operativo del cambio de pañales transpiré como si hubiera corrido una maratón. Todavía me duele el brazo izquierdo de tenerlo alzado para que no se pasara toda la mañana chillando.

Hace poco escuché a alguien contar que había dimensionado el amor que sentía por su novia cuando, al ver cómo ella se atragantaba con un pedazo de salamín, se puso a llorar del miedo a que se muriera.

Yo me pasé todo el fin de semana engripado y con principio de anginas, y, antes de que viniera el médico y me hablara sobre los anticuerpos que transmite la leche, se me cayeron un par de lágrimas por el miedo a que Fausto se contagiase algún virus.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad Molina es que ud. no deja de sorprenderme. Es raro que un hombre confiese que casi llora por miedo a que le pase algo a su hijo. Lo felicito por tener la hombría demostrar su sensibilidad. Pero no se preocupe que como bien le dijo el médico la leche materna protege a los chicos de cualquier cosa.

Pola dijo...

Y va a lograr que se nos piante un lagrimón a todos con estos post, Molina.
Por otro lado, el niño es un bombón. Los felicito.

Anónimo dijo...

El peligro no son los virus, es el salamin!

Lunita dijo...

En toda primera vez de un padre a solas con su hijo puede rescatarse una anécdota... Todo es nuevo ahora, no?