De un mail colectivo e informativo de Federico Levín (quien volvió a su blog y el próximo jueves 29 de marzo, en Perón 3615, presentará Igor, su segunda y esperada novela), sobre la última presentación del Quinteto:
(...) y hubo que improvisar una polenta bien consistente y hasta metafórica (ojo, muchachos, que puede haber sentado precedente: de ahora en más, ponele, narrativa en vivo y cocina de posguerra. Se lo puede pensar, no?). Después largó la lectura, con nuevo orden de pateadores de penales. Funes (con un aplomo narrativo notable, hizo llorar a un par, según cuentan) Levín (un poco distraído por la repentina función de cocinero popular pero levantando un poco con estética y prosa hebraica) un Romero entre llamativo y sutil, con cartelitos tautológicos pegados en el cuerpo y avanzando entre personajes tremebundos con la garganta relajada; Oyola leyó un cuento estreno absoluto, le revolvió la polenta en el estómago a los presentes con los doce apóstoles y su mejor deporte, y cerró Molina, que se calzó los lentes, reconvocando al público con un tono intimista - hipnótico, con esa prosa casi legal, como un acta que constata la melodía de la realidad (...)
20 de marzo de 2007
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