5 de diciembre de 2007

Rugby (II)

El club queda cerca del Parque de Mayo y a media cuadra de Relieve, un boliche que estuvo de moda hasta hace unos diez o doce años, hacia mediados de la década del setenta, y que, según la leyenda, ahora está lleno de fantasmas. La continuación de esta calle, hacia las afueras de la ciudad, se llama La Carrindanga; ahí quedan las canchas donde jugamos los partidos y, un poco más acá, los cuarteles del V Cuerpo de Ejército y las ruinas de La Escuelita, el campo de concentración de la dictadura. Una tarde volvemos caminando por ahí, y escucho que uno de los pibes dice en voz baja: “milicos hijos de puta, hay que matarlos, habría que cortarles el pito con un pela papas...”.

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