11 de enero de 2008

Trauma, en el Sr. de abajo

(...) Me pregunto si a los rehenes también les hablará con diminutivos. Sólo cuando escucho el llanto del nene dejo de pensar en la selva colombiana. El microondas suena; pasaron dos minutos y cuarenta y cinco segundos desde que puse la taza. Mi hijo sigue llorando; imagino que está luchando contra la ropa limpia que se seca en el balcón (...)

(El racconti completo, acá)

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