21 de febrero de 2008

Bueno

–¿Te cuento una? Esta mañana iba en el bondi, en uno de los modernos, en uno de esos asientos que están enfrentados con otros, y mientras miraba por la ventanilla entrelacé mis manos así: la palma de la derecha contra el reverso de la otra, y entrecrucé los dedos de las dos. El nene que iba sentado enfrente, tendría uno cinco o seis años, me miró y trató de imitarme: entrecruzó las manos de la misma manera, y se puso a mirar por la ventanilla, intentando poner la misma cara que yo.

-Ajá.

-¿Te gustó la historia?

-No.

-Bueno.

1 comentario:

Pola dijo...

Si el objetivo era que salga publicada en el blog, alcanzó.