4 de junio de 2008

Luctuoso episodio

Esto pasó hoy en el subte, y más o menos así fue relatado a través un teléfono celular por un agente de la policía:

Señor comisario, le relato sucintamente los hechos: un individuo fuera de sus cabales, aparentemente discapacitado, supuestamente drogado, estaba realizando su viaje en la formación del subterráneo, tomado del pasamanos, cuando imprevistamente y sin ningún motivo aparente comenzó a amedrentar con palabras ofensivas al resto del pasaje, haciendo especial hincapié en los sujetos femeninos de mediana edad en particular y en las damas en general. Los epítetos iban en aumento, tanto en su cantidad como en su capacidad insultante, por lo que en la estación Facultad de Medicina un sujeto masculino del pasaje dio aviso a un agente de la policía federal, o sea a mí, que en ese momento cumplía con su labor asignada cerca de la ventanilla expendedora. Por ese motivo me apresto a dejar mi lugar de trabajo para ascender a la formación del tren, y al pretender que el susodicho hombre drogado cese con su provocaciones y sus palabras soeces recibo de este energúmeno un fuerte golpe de puño cerrado en la zona de mi quijada. Es entonces que un pasajero de importante tamaño me ayuda en la tarea y logramos reducir al susodicho. No obstante lo cual, cuando estábamos por hacerlo bajar en la siguiente estación, esta persona, de unos treinta años de edad y, repito, fuera de sus cabales, procedió a golpear con el hemisferio central de su cráneo el material de una de las puertas del vagón, produciendo una rotura en dicho material, además de una herida punzo cortante en la piel que recubre su cráneo. Cuando la puerta del vagón se abrió en la estación denominada Catedral, y con la ayuda de un agente que ya había sido avisado por nuestro sistema de telecomunicaciones, pudimos reducir al supuesto malviviente, quien gracias a la providencia fue el único sujeto que salió herido del lamentable episodio. En este mismo momento me dirijo con un testigo del hecho a realizar la correspondiente denuncia a la comisaría. El sujeto que provocó el luctuoso suceso esta siendo derivado por el personal pertinente al establecimiento sanitario más cercano, donde recibirá las curaciones necesarias. Así se sucedieron los hechos, señor comisario.

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