17 de julio de 2008

Yo me pregunto...

¿Qué habría pasado si la cosa hubiese sido al revés: si el que tenía que definir la votación era parte de la dirigencia del campo pero terminaba votando a favor del gobierno? ¿De cuántos millones en coimas estaría hablando la oposición? No quiero decir con esto que no exista la posibilidad de que el gobierno haya coimeado a alguien de alguna manera. Ni que Cobos haya sido coimeado. Sólo me pregunto por qué por ciertas mentes supuestamente impolutas, y por ende totalmente objetivas, puede rondar esa duda en algunos casos y no en otros.

¿Por qué el vicepresidente no habló en ningún momento sobre la ley en debate? ¿Por qué centró su discurso en sus miedos y en sus angustias personales? ¿Lo importante eran sus miedos, o lo importante era la ley que tenía que avalar o rechazar? Esta mañana dijo algo así como que no había que dramatizar, que esta era una ley más, que no significaba ninguna bisagra. Si esto era tan así, ¿por qué al tratar de justificarse y de convencerse temblaba como una hoja? ¿Por qué, si la ley no era tan crucial, dijo que se trataba del día más difícil de su vida?

¿Por qué, si sólo mediaron unas pocas horas no hábiles entre la noticia narrada y la entrada a la imprenta de la misma, el mayor diario argentino titula su edición de hoy con un agorero “crisis política”? ¿Hubo tiempo de que ocurriera alguna crisis política en esas pocas horas? ¿O se tratará sólo de una expresión de deseos?

¿Qué es lo que festejan las clases medias y altas republicanas, la derecha oligarca, la Coalición Cívica Libertadora, el progresismo blanco y gorila, la Unión Cívica Socialita, los trotskystas de derecha, la prensa amarilla y mercenaria, los piquetruchos abrazados a los discípulos de Martínez de Hoz? ¿Una posible reforma agraria, el advenimiento de una revolución, la posibilidad del lomo a ochenta pesos, el fin de la grasada y de los chorros en el gobierno? Cada cual tendrá sus motivos. Por lo pronto, lo que tal vez puedan empezar a festejar algunos son cosas más concretas: el aborto de una tímida vuelta del intervencionismo estatal, el aliento al cultivo de soja en detrimento de la ganadería y la lechería, el cross a la mandíbula a una tibia perspectiva de políticas progresistas.

6 comentarios:

perra de agua dijo...

sabes que pienso, que si hubiera ganado el "sí", lo mismo clarín titulaba crisis política. Porque que el país dividido, y ahora cómo seguimos, y que el campo va a seguir parando, y que la recontraputamadre. La tapa de Clarín era esa, con sí o con no. y pucha que me da bronca.

Cassandra Cross dijo...

Tiene razón perra de agua.

Yo no creo que vayan a dejar de presentar un nuevo proyecto "progresista" por este "cross" que mencionás. Para nada.
Solamente que ahora tienen la posibilidad de hacerlo bien, y de paso repensar un poquito su forma de plantear cambios verdaderamente (y ya no tibiamente) progresistas.

Saludos.

Anónimo dijo...

comparto la editorial.- la tapa de la LNP de hoy es increible.- abrazo, hernan

Diego dijo...

Ignacio,

Respeto tus apreciaciones, pero me parece que al igual que gran parte de los que en estos días salieron a opinar sobre este tema de las retenciones móviles, con tus conclusiones últimas de éste post le estás cargando al tema toda una simbología que me parece que si bien de hecho está flotando en el aire, no tiene por qué dividir las aguas tan tajantemente.
Para empezar, si esa ley no garantizaba para nada que la soja sea reemplazada por otro tipo de cultivos ni de animales en los campos. Técnicamente no lo garantizaba. Tampoco era demasiado progresista, porque atentaba contra los pequeños productores y dejaba en muy buenas condiciones a las grandes industrias de aceite que son las tienen un comportamiento más cercano al oligopolio si lo comparamos con la multiplicidad de pequeños terratenientes que salieron a cortar rutas.
Lo que molesta del kirchnerismo es más la parte simbólica que lo concreto. Medidas más intervencionistas pasarían sin problema si no estuviesen rodeadas de políticos corruptos y de militancia rentada, que sí, son factores que tienen su cuota parte de la responsabilidad de los males de éste país.

Saludos

P.D.: Es cierto que buena parte de la gente “del campo” también “simbolizó” éste conflicto y sacó a relucir todo lo peor que tienen, eso se sintió en los festejos de esta jornada. Pero es éste país. El tema me parece es que queriendo pegarle a los símbolos se le pega a lo concreto, y eso es lo que confunde todo. Vamos a tener que aprender a convivir un poco con la parte simbólica que no nos gusta de esta nación, porque sino lo concreto, real, material, productivo, no va a arrancar nunca.

Arha dijo...

paso, leo y digo...
coincido con elpost y coincido con lo medular que se tornó lo simbólico en los últimos tiempos
de hecho creo que siempre lo es, pero que ha quedado en evidencia el juego de polaridades extremas entre interior y capital, campo sojero y campo popular, "progresismo" (así encomillado) y oligarquía, el gaucho contra la "yegua" (una palas atenea muy molesta contra los viriles hombres que montan en pelo)

tirar de los extremos, de los símbolos supuestamente antagónicos hasta que la fractura se siente en nuestro cuerpo

y nadie habla de que más del 50% del país no puede comer ni fruta ni carne como debiera


y eso acá, duele mucho


un placer visitarte

Arha dijo...

relí y quise aclarar que lo de palas atenea molesta es resaltando lo que simboliza la mina, pero ni ahí de ser kirchnerista


pero símbolos son símbolos