Amiga
Amiga,
nunca te dije nada
pero la otra noche,
cuando nos encontramos
después de tres semanas,
casi muero en el esfuerzo
por mantenerme firme
y no acusar el golpe
la puntada al corazón,
cuando estirando un brazo
vos sacaste del cajón
esa caja de forros
de otra marca y empezada.
.
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