4 de junio de 2009

(...) La pasé bien esa noche, en la terraza, que estábamos en ronda, y ustedes hablaban de las reuniones de jardín y de cómo muchos padres -no todos, pero sí muchos- tendían a pensar que sus hijos eran unos genios. Los vi amigos, además de compañeros y escritores, y eso me reconfortó. Me reí con esas escenas y esos diálogos. Abajo se cocinaba algo importante. Pero durante un largo rato nos mantuvimos ahí, como olvidados. La cerveza fría en el porrón de vidrio. Una noche nada más, una noche era la idea, en la terraza, en el centro cultural (...)

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