21 de diciembre de 2009

La parada del 151 más cercana a mi casa queda en medio de una suerte de descampado. Cuando vuelvo muy tarde a la noche, o con Fausto en brazos, me conmueven los bondieros que se dan cuenta de por dónde vivo y frenan una cuadra antes para hacerme bajar en esa esquina sin parada.
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

a veces pasan cosas asi.Y el alma se sonrie un poco.

no soporto a la gente dijo...

A mí me conmueve tu gratitud hacia el fercho, pero es su obligación: de 22 a 5 y los días de lluvia deben detenerse en cada esquina que los pasajeros soliciten.