6 de septiembre de 2005

Manifiesto


El escritor no considera en modo alguno sus trabajos como medios. Son fines en sí. Tan no son un medio para él y para los otros, que sacrifica su propia existencia a la existencia de ellos, cuando es preciso, y, de otra manera, como el predicador religioso, se apega al principio: ¨Obedece a Dios más que a los hombres¨, a los hombres entre los cuales está confinado, con sus necesidades y sus deseos de hombre. Por el contrario, yo quisiera ver a un sastre a quien hubiese ordenado un frac parisién y me trajese una toga romana, bajo el pretexto de que responde mejor a la ley eterna de la belleza. La principal libertad de la vocación literaria consiste en no ser un oficio. El escritor que la rebaja hasta convertirla en un medio material merece, como castigo a esa cautividad interior, la cautividad exterior, cuya existencia es ya su castigo.

Karl Marx (Los debates de la 6° dieta renana, Obras completas)

6 comentarios:

Levín dijo...

Gracias por alegrarme el día, Molina. Acoto que tal vez el castigo para ellos sea demasiado sutil. O no: el castigo de los escritores de oficio es que deben mejorar. Se remiten, por lo tanto, a un modelo. Se alejan, por lo tanto, de sus propios monstruos, de sus pasos rengos. Si el acto íntimo y performador y enloquecido de escribir se torna oficio, tal vez haya que buscar La Cosa en debates públicos o estrategias de marketing. Y me parece poca cosa.
El texto anterior también me alegró el día, pero el de ayer.

Levín dijo...

...porque me recordó el día en que mi papá, después de lastimarse metiendo el pie en un pozo relleno de botellas de vidrio nos prohibió, a mi hermana y a mi, desde ese día y para siempre, intentar llegar al centro de la tierra.

simalme dijo...

Qué bello lo que escribieron los dos. De todas formas, yo sigo buscando el centro de la tierra. Nacho, no sé si lo hiciste a propósito, pero este texto ha respondido varios interrogantes de mi post. Casi una conclusión. De nuevo (me duelen ya los labios de tanto decirlo) gracias.

Anónimo dijo...

Muy interesante la cita de Marx (siempre queda bien citar a algún Marx ¿no?), pero no me gustaría que este debate se reduzca a un Menotti - Bilardo de la escritura.

Los escritores de oficio son bilardistas que trabajan en las pelotas paradas y deben esforzarse para lograr los resultados que no pueden obtener con talento.

Los escritores menottistas pasan la vida en los bares, se emborrachan, conocen a mujeres temibles y luego escriben en servilletas obras geniales.

Hmm.....

Molina dijo...

Noto cierta sorna en las palabras de Vico. Y me hago cargo de esa sensación y de la cita (aunque nunca citaría a Daniel Marx) aclarando que eso, la cita, no necesariamente significa estar cien por ciento de acuerdo con la posición asentada por el citado. La idea es abrir el debate, que, estoy de acurdo, no debe reducirse a la dicotomía bilardistas-menottistas. No todo es tan blanco ni negro. En todo caso, siempre hay terceras posiciones. Coco Basile, escuché por ahí, no utiliza métodos ni tácticas ni estrategias: sólo alienta a sus jugadores: vamo a ganar, vamo para adelante . . .

(La próxima vez, compañero Vico, prometo un cita a Jauretche, nacional y popular)

Anónimo dijo...

Enjoyed a lot! » »