28 de septiembre de 2006

Energías

–Administrá bien las energías –me aconsejan por chat.
A la noche, cuando me voy a la cama, me cuesta leer más de dos páginas sin que se me cierren los ojos. Más tarde, me cuesta dormir más de diez minutos seguidos sin que me despierte el llanto o el hipo del bebé. Lo acuno, le pongo el chupete, le golpeteo la espalda o lo cambio de posición, y vuelvo a dar vueltas entre las sábanas. A la mañana siento un olor extraño, meto un dedo en el pañal hasta el primer nudillo y lo saco pintado de verde amarronado. Después, cuando me siento frente a la computadora, no pasan más de quince minutos antes de que me tenga que levantar.


–Yo quería ser un escritor prolífico –le digo a Melina en la mesa, mientras analizamos cómo vamos a hacer cuando ella tenga que volver al trabajo. Yo quería ser un escritor prolífico, pienso cuando la veo ponerse a caminar alertada por los gritos, y ahora –aunque no deje de pensar nunca en, y desde la, literatura– si no pongo un poco más de voluntad me iré convirtiendo sólo en un padre ocupado y responsable, en un oscuro empleado de oficina, en un ciudadano común.
Igual, me digo en voz baja, mirando hacia el moisés, ya estoy seguro de que no cambiaría el gesto más imperceptible de Fausto ni por la autoría del Fausto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No desespere Molina, creame que el tiempo acomoda todas las cosas. Trate por ahora de disfrutar de su vida en familia, que ya podrá organizarse para ser padre y un escritor prolífico. Desde ya que va a necesitar más energía y organización, pero por supuesto que las dos cosas valen el esfuerzo. O a caso los escritores prolíficos no tienen hijos?
Un cariño y saludos a la madre.
Cómo anda el pequeño Fausto?

Anónimo dijo...

Ese sentimiento debe ser lo más parecido al amor, no?

Unknown dijo...

mmm... abstengo mi opinión... Molina... fuerza, loco...

Lunita dijo...

No entiendo de qué se abstiene, Funes.
Yo le digo, Molina, que mi madre me dice siempre "son etapas". Nunca la escucho. Me rompe soberanamente los ovarios que no entienda que la espera me mata y que la incertidumbre me quema la cabeza. Y por si fuera poco me molesta que me digan que todovaaestarbien, cuando no tengo ni la menor idea. Pero eso no quita una cosa: en ningún manual está escrito que esta etapa es permanente.
Es más, yo (de ansiosa nomás) estaría pensando todo el tiempo cómo uso lo que me da esta etapa para ver cómo sigo. Y haría lo que usted, mientras pienso y proyecto (porque "son etapas", mierda), viviría.