12 de septiembre de 2006

La consigna guerrillera

Cuando Melina plantea la posibilidad de guardar leche en una mamadera en el caso eventual de que tenga que salir un par de horas y dejar a Fausto conmigo, el tono de voz de la pediatra cambia totalmente.
–El tema es así –nos dice muy seria–: cuando uno es padre su vida se modifica en todo sentido. Si uno puede evitar o posponer cualquier salida, tiene que hacerlo. Ahora lo principal es el bebé, y estar la mayor cantidad de tiempo con él es lo importante.

Desde la camilla, mientras le saco la ropa para que lo pesen, Fausto me moja las manos con un chorro de pis que atraviesa el pañal. Mientras me lavo, mirándome la cara de dormido en el espejo del baño, pienso en la posibilidad de escribir un libro parecido a Diario de una paternidad, un best-seller español que mi mamá trajo de un viaje.

En la sala de espera, cuando salimos del consultorio, una señora mayor me pregunta qué tiempo tiene el bebé y –a pesar del celeste en el saco y en la mantita de lana– si es nena o varón.
–Qué chiquito precioso –me dice, como con la pulsión de tocarle los cachetes pero conteniéndose a tiempo–, va a ser churro como el papi.

Más tarde, cuando entramos al Hospital de Niños para que le apliquen la BCG, no puedo evitar ponerme a tararear la consigna guerrillera de los primeros años setenta. Camino por los pasillos repletos de gente pensando en que muchos deben estar acá desde la noche anterior. En la sala de espera del vacunatorio desapareció el talonario de números, y frente a las puertas de los consultorios se formó una cola irregular. Yo soy el único hombre, y escuchando los diálogos me propongo adivinar cuál de todas las mamás habrá venido desde más lejos.

Una enfermera informa que los recién nacidos tienen prioridad en los turnos y nos hace pasar. Por los collares, el peinado y la forma de hablar, calculo que el médico que nos toma los datos tiene cuatro o cinco años menos que yo. Para pedirme que deje al bebé en la camilla y que le desnude el brazo derecho empieza tratándome de usted, pero, al ver la cara con que le respondo, gira hacia el tuteo.

De vuelta en mi casa, abro los mails pensando en escribir un post y releo los consejos que nos mandó una amiga desde España:


che, sean lo mas naturistas con fausto. nosotros durante el primer mes lo bañamos con un limón partido al medio, lo exprimís en la bañerita y listo. sin jabón ni nada. después siempre usamos jabones naturales, de coco, avena... en el culito nunca le puse cremas, siempre le puse aceite de almendras, que acá es barato. o de oliva. fijate alguno, es lo mejor. para lavarle los ojitos de las lagañas, haganlo con una gotita de leche.

y para melina: la cortaron? que se ponga gasa bañada en té de tomillo o cola de caballo. mete en el congelador y se va metiendo el hielo ese por ratitos. la miel también es un muy buen cicatrizante. yo me sentía super cansada y sin energía, la partera me mandó un batido alucinante, no sé si habra todo eso en argentina:

un yogurt grande (del sabor que te guste, con o sin frutas, es igual), ucacho de leche, una banana, un datil, 20 piñones, una cucharadita de levadura de cerveza, una de lectitina de soja, y una de germen de trigo.

todo eso lo baten en la licuadora. es la ostia. además tiene un montón de propiedades para este momento. para ella y para fausto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no entiendo mucho Molina, pero no le parece un poco extraña toda esa receta natural. De todas maneras por ahí la madre quiere probar. Cualquier cosa después cuente si le dio resultado.
La verdad que para ser sincero, como hombre no se si estaría dispuesto a hacer el sacrificio que hacen las madres al estar todo el día con los niños .....con una mano el el corazón felicitaciones a su señora y ánimo!

Anónimo dijo...

Hola Molinas
para mi punto de vida,estar todo el dia con tu hijo no es un sacrificio sino una necesidad...pero cauno es caquin vio?
pegate una vueltita por aca.

www.dormirsinllorar.com
www.lauragutman.com.ar

despues me contas dale?

Unknown dijo...

Mire... le digo, parece una dieta de esas de la luna o el planeta martes menta. Su amiga, muy flayera.
¿La cara de dormido es crónica?
Fausto ya atraviesa pañales... muy buena señal!