22 de junio de 2007
Una literatura robusta
¿Qué es una literatura robusta? ¿Y una literatura que se mueve en los límites? No sé, creo que nunca entiendo del todo bien ese tipo de definiciones, pero la verdad es que no me disgusta escucharlas. En la manzana de enfrente están construyendo un edificio de departamentos. Empezaron hace pocos meses y ya van por el cuarto piso. Desde temprano, de lunes a sábados, se puede ver a los albañiles por la ventana. Me hubiera gustado sacar una foto por semana desde el primer día, para ir registrando el avance de la obra, pero no tenemos cámara. Eso es moverse en los límites, pienso, trabajar a la intemperie, en el borde de la cornisa, a las siete de la mañana de un día lluvioso. Ayer, en la fiambrería del supermercado chino, uno de ellos intentaba explicarle a otro las promociones futboleras de esta altura del año. No es tan difícil, le decía, juegan los casi últimos de Primera contra los casi primeros de la B para ver cuál va a jugar la próxima temporada en la A. Con los cascos entre las manos, eligieron dos bolsas grandes de pan y pidieron quinientos gramos de paleta y quinientos de queso. Un minuto después, en la fila de cajas, los tres tuvimos que esperar a que el dueño dejara de recibir los insultos de una clienta por un error en el vuelto.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Hola, querido! Gracias por linkear mi blog, ahora muchos más conocerán las historias de mis Fedes(?)
El viernes estaré firme como siempre en el concierto de lectura del quinteto.
Saludos,
Lulú.
me gusto
¿porque?
no se
pero guto
Publicar un comentario