Mi mamá no soporta ver mi ropa desordenada, y se la pone a doblar y a emprolijar sin mi consentimiento.
–Qué hacés, vieja –le digo–, ¿cómo te vas a poner a revolver así mis cosas? . . . mirá si llego a tener drogas escondidas ahí . . .
–¿Y, qué tiene? . . . ya me daría cuenta por las pupilas…
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1 comentario:
jaja, de los mejores post que leí últimamente, lejos.
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