17 de diciembre de 2008

Siguiendo la luna

Hace algunos años, en una entrevista que le hice, Sergio Rotman me dijo: “eso de los estadios y de los conciertos gigantes es una enajenación, el rock está hecho para tocarse en lugares chicos”. Y la comprobación de sus palabras pudo haberse dado en el recital que brindó junto a los Cadillacs en River el sábado pasado. Es cierto que fue un concierto excelente y por momentos emocionante, con un despliegue musical e histriónico formidable, difícil de superar por cualquier banda argentina. Pero en la impersonalidad de los estadios hay algo que se pierde. Algo que podría ser llamado calidez, comunión, espontaneidad. Como escribí después del show de Soda Stereo del año pasado, cuando un hecho artístico se vuelve tan multitudinario ya no hay identificación posible: ese hecho se brinda a todos y a nadie al mismo tiempo. Aunque también puede ser verdad que debo estar poniéndome un poco viejo. En otra época, un recital de un grupo que me gustaba me provocaba cosas totalmente diferentes. Si no estaba cerca del pogo o a los saltos cerca del escenario sentía que estaba perdiéndome algo, y después salía tarareando la última canción con la energía cambiada, con ganas de hacer cosas, de ponerme a escribir, de pensar en proyectos. Ahora sigo disfruntando de estas cosas, pero de una manera mucho menos eufórica y más analítica. Acá abajo, una grabación casera de Siguiendo la luna, en el momento en que salía la luna en la noche del viernes.

7 comentarios:

perra de agua dijo...

ay, no no, no estoy nada de acuerdo, el pogo me parece lo más parecido al carnaval bajtiniano, es el cuerpo de todos en uno, obvio que hay un escenario y eso ya te rompe el esquema del carnaval, pero ahí entra a funcionar lo del líder, es él para toda la masa. no sé. yo soy tan feliz cuando vuelvo empapada de transpiraciones que no sé ni de quién son (esto suena mal, pero que suene como quieran, es así, viejo, es así)

Molina dijo...

Es que estamos de acuerdo. El pogo es lo más. Lo que digo es que si ya no me emociona tanto como antes es que debo estar poniéndome viejo. Es una autocrítica, o un autoanálisis. Pero eso no tiene nada que ver con lo que digo sobre la masa y las multitudes. Son dos cosas diferentes.

Bruja dijo...

una cosa es el pogo y otra son esos recitales donde cerati te queda chiquito como un pinipón y estás tan lejos como cuando vas al planetario a ver orion en el techo, y no ves nada y te dicen, ves? ah si! ese puntito diminuto es una estrella? ya no se puede ser una groupie en estos tiempos que corren.
y entonces es escuchar y creer, es solamente fe, hermanos! y unas pantallas gigantes porque de otra forma no se ve una goma.
igual molina usted es viejo.
saludos rockeros

Molina dijo...

Sí, debo estar viejo.
Pero igual yo no me refería a la comodidad o a la incomodidad, a estar cerca o lejos del escenario, a ver a los musicos chiquitos o grandes.
Me refería a otra cosa, a una percepción que nada tiene que ver con todo eso.

perra de agua dijo...

Sí, supongo que es que estamos viejos, primero, y segundo que pasamos por la facultad, eso te quema la cabeza, ponele, lo que yo digo de bajtin no lo hubiera dicho a los 15 cuando saltaba como una loca. Ahora hay siempre una especie de mirada antropológica de todo que suele cagarme el disfrute de cualquier fenómeno social. No sé. Sin duda estamos viejos.

Bruja dijo...

volvi a leer todo.
yo tampoco hablaba de comodidad.
igual insisto y le digo que buena parte de la percepción de "calidez, comunión y espontaneidad" se la debemos a los espacios, a la escala. a la proporción. (que otra cosa puede decir una arquitecta, ohhh!)

"en la impersonalidad de los estadios hay algo que se pierde" dice, y es cierto. en cemento los recitales eran otra cosa. le veias la sonrisa a mollo y hasta te miraba. ve? cemento no es precisamente un ejemplo de comodidad y sin embargo sirve.

tambien habla de un hecho artístico donde no se logra identificación por lo multitudinario.

bueno, eso lei yo de su texto.
capaz que no supe comprenderlo. :(
pero lo de que está viejo era en broma. saludos

Molina dijo...

sì, comprendiste. y no sé si estoy viejo, pero sí un poquito baqueteado, tal vez.