Muchas mañanas, antes de salir de casa, manoteo un libro de mi biblioteca y lo meto en la mochila. Después, si no tengo demasiado sueño, me pongo a leerlo en la estación. Hoy, el libro elegido ¿al azar? me trajo un recuerdo muy nítido de Marina Kogan: alguna vez, cuatro o cinco años atrás, habíamos conversado sobre esos cuentos. En el tren, entonces, cerré el libro y mirando por la ventanilla pensé en ella durante un par de estaciones. Más tarde llegué al laburo, leí mails, abrí planillas y words, entré a la web de Página/12 y terminé de darme cuenta de que hoy, 18 de enero, se cumple justo un año de su partida.

2 comentarios:
Partida no.
Muerte.
Sin eufemismos.
no te bancás la muerte
y bue...
digamos partida, muerte, óbito o lo que se nos ocurra, es una cagada, siempre.
yo creo que los eufemismos no alivian eso.
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