18 de enero de 2012

Muchas mañanas, antes de salir de casa, manoteo un libro de mi biblioteca y lo meto en la mochila. Después, si no tengo demasiado sueño, me pongo a leerlo en la estación. Hoy, el libro elegido ¿al azar? me trajo un recuerdo muy nítido de Marina Kogan: alguna vez, cuatro o cinco años atrás, habíamos conversado sobre esos cuentos. En el tren, entonces, cerré el libro y mirando por la ventanilla pensé en ella durante un par de estaciones. Más tarde llegué al laburo, leí mails, abrí planillas y words, entré a la web de Página/12 y terminé de darme cuenta de que hoy, 18 de enero, se cumple justo un año de su partida.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Partida no.
Muerte.

Sin eufemismos.

Anónimo dijo...

no te bancás la muerte
y bue...

digamos partida, muerte, óbito o lo que se nos ocurra, es una cagada, siempre.
yo creo que los eufemismos no alivian eso.