24 de noviembre de 2008

Quiero que legalicen la marihuana

para fumarme un porro por la mañana,
cantan golpeando el techo,
sacando los brazos por las ventanillas,
los hinchas de River Plate
que nos secuestraron en el cuarenta y dos
y nos llevan sin escalas hasta Núñez.

Mirá si serán putas las gallinas,
me dice en voz baja al oído
la chica que viaja a mi lado,
y me muestra con disimulo,
bajándose un centímetro la pollera,
el borde de su bombacha azul y oro.
Mirá serán caretas estos pibes
que no pueden quemarse un churro
por fuera de la ley.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

jaja qué bueno

Anónimo dijo...

GENIAL, Nacho.
Estaba linda la bostera?

Mariano Cúparo Ortiz dijo...

Eh, puto.

AEZ dijo...

Ahora te voy a vender frente a tu público:

Señores, Molina llegó a la Brown baja, se puso los lentes, se cruzó de gambas, tomó sol, comió helado Y SU ÚNICA MUESTRA DE VIDA fue una mueca, porque el helado no tenía gusto a nada y estaba demasiado frío.


(Como él.)

Molina dijo...

Jaja. Si supieran todos que este que intenta lapidarme acá arriba no sólo es amigo de los caretas que cantaban, sino que en el ámbito local es hincha de un club conocido como "el club sin colores" en cuya fachada hay, justamente... una heladería...

Anónimo dijo...

JAjajaja.
Brillante!!!!

Ahora, la parte crítica. Esa chica que viajaba en el 42 (¿iba a Ciudad?), como muchos otros, como algunos profs univ., pueden curtirse un bó-marley sin que nadie les diga nada por su linda caripela.
En cambio, estos muchachos, tal vez deban padecer la portación de cara, que hace que a cada rato te paren los de chaleco naranja solo por el aspecto... Allí sí se comprende el deseo de la legalización.
(Estos muchachos tal vez; los Schenkler BRos. seguro que no.)