1 de agosto de 2011

Fausto y yo. En el verano pasamos quince días, los dos solos, en Sierra de la Ventana. Acá, en la estación, esperábamos algo que no era el tren. Cuando pienso en lo bien que la pasamos siento nostalgia y me emociono.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no a la nostalgia.
sí a la alegría.